martes, 15 de diciembre de 2009

Aprendizaje y competencias

¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
Definitivamente no. De hecho es la pregunta central de la educación formal. Las teorías pedagógicas y psicológicas sobre el tema intentan resolver esa interrogante que abone el aprendizaje de los estudiantes a todos niveles escolares.
En este contexto, la formalización de la escuela trajo consigo diferentes perspectivas para abordar el aprendizaje, sin que exista una conclusión definitiva. Lo destacado en la actualidad es la complejidad del aprendizaje y sus múltiples aristas. Si antes se daba importancia al contenido, ahora es desplazado al aprendizaje. Con ello también se destacan diferentes perspectivas teóricas que dan relevancia, entre otros: al aprendizaje por descubrimiento; a las condiciones para que se de el aprendizaje y que éste sea útil; a los saberes previos y nuevos saberes; a las motivaciones internas del sujeto y sus condiciones externas; al desarrollo cognitivo y la importancia de la interacción social. En dichas perspectivas se debate la forma de evaluar el conocimiento, donde ya no basta la relación contenido – prueba objetiva para constatarlo; por el contrario, ahora se habla de diversas formas de evaluación que intentan recuperar los aprendizajes profundos y sus múltiples dimensiones (conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes), antes, durante y al final del proceso de aprendizaje.
Por lo anterior, el aprendizaje no es algo trivial, es el eje que sostiene a la educación formal y debemos seguir intentando aprenderlo y fortalecerlo para bien de los involucrados.

concepto de aprendizaje

El concepto de aprendizaje que me parece mas congruente para abordar el enfoque de competencias es el Aprendizaje por descubrimiento de Bruner; el significativo de Ausbel y Novak; y el constructivista de Piaget; ya que todos ellos se centran en el aprendizaje y toman en cuenta los aspectos cognitivos, saberes y esquemas de conocimiento del alumno, además evalúan el saber, el hacer y el ser, en un contexto de vida.

jueves, 12 de noviembre de 2009

MI AVENTURA DE SER DOCENTE

El significado de la docencia en el bachillerato es bastante complicado, porque trabajas con un joven en transición a la adultez, donde los cambios que defina durante la etapa de preparatoria, podrán orientar la ruta de su vida. Entonces debes de estar alerta de trabajar, además del conocimiento y aprendizaje, el lado afectivo y de habilidades sociales, para impulsarlos hacia metas más complejas y así evitar, en la medida de tus posibilidades, el abandono escolar.
No bastan nuevos planteamientos teórico pedagógicos para dar calidad a la docencia, también se debe incidir en el modelo del bachillerato nacional, donde incluya la situación laboral del docente.
Uno de los grandes problemas y retos que algunos maestros tenemos frente a grupo, es lograr atraer e interesar al alumno en nuestra materia. Nos enfrentamos a un alumnado desinteresado.
Para nuestra práctica pedagógica nos apoyamos principalmente en la técnica expositiva y en ocasiones con trabajo en equipo dentro del grupo.
A los estudiantes los evaluamos únicamente conocimiento (agregaría de corto plazo: memoria) y se descuida el área afectiva y de habilidades. Estamos lejos de una evaluación integral. La sobrecarga de trabajo a la que está sujeto el docente del bachillerato, en cantidad de grupos, número de estudiantes, materias y cambio de éstas, implica un desgaste y le pega a la calidad educativa. Los cursos de actualización docente inciden poco en nuestra práctica.
El poco interés de los padres de familia en la formación de sus hijos, ya que muchas veces cuando se les cita no vienen por que están ocupados o son temerosos de tener ese encuentro entre maestros-alumno-padres, ya que muchas de las veces ni siquiera ellos son capaces de controlarlos. Algunos de los padres ven a la escuela como una guardería en la cual los maestros sabrán lo que hacen pero tienen que educar a sus hijos, o bien, como un medio para descansar de ellos.
Lo importante de nuestra labor, es que cada día es diferente, aunque tengamos los mismos alumnos durante todo un semestre, ellos al entrar a clase, siempre tienen la idea de que ahora haremos otra cosa distinta a la de ayer.
En la labor docente debemos trabajar en el conocimiento, para que sea mejor interpretado y los estudiantes lo puedan poner en práctica durante su vida.
El motivo de realizar el trabajo docente deberá coincidir con el señalado en los programas de estudio, los cuales guían nuestro actuar.
Cada una de las actividades realizadas en clase, tiene la finalidad de despertar el interés del alumno en la materia, de consolidar y proveer el conocimiento, de desarrollar habilidades y destrezas que posteriormente le serán útiles para la vida.
Nosotros los maestros podemos despojarnos de la timidez y hacer que los alumnos se diviertan con nosotros. Aclaro, se diviertan con nosotros, no de nosotros. Al final aprendemos más de ellos que ellos de nosotros. A veces no se logra el interés esperado en los jóvenes, posiblemente por la forma de enseñar a reflexionar, a ser críticos y creativos.

MI CONFRONTACION CON LA DOCENCIA

Nuestra insatisfacción, el malestar docente, se encuentra en que optamos por el camino de la rutinización y ansiedad, del maestro técnico, ejecutor de prácticas ajenas y nos asumimos como burócratas de la mente. Dicho malestar es precisamente porque no logramos subirnos a la otra ruta: la de la pasión y el disfrute; la de la simbiosis teoría - práctica, el profesor como profesional, crítico, reflexivo, investigador; o un educador, que aprende a enseñar y a aprender, situación que implica un estudio permanente.
Pero ese malestar docente, además de los factores individuales, tiene que ver con las dificultades estructurales o externas que inciden en la docencia: la desvalorización de la profesión y como señala Giroux, los valores cruzados entre escuela y sociedad.
El profesor está sujeto y determinado a su contexto social, pero depende de la actitud que asuma podrá en cierta medida imprimirle su sello de identidad personal a su trabajo y el reto es asumirnos como intelectuales transformadores, gracias a un estudio permanente (teoría) y a una práctica reflexiva. Se dice fácil, pero el reto es asumirlo.
Cuando me inicie como educador (que fue prácticamente por ensayo y error) no tenía la más mínima idea de lo que es ser profesor, me preguntaba ¿qué tengo que hacer?, ¿como voy a transmitir los conocimientos?, ¿qué técnicas y metodologías hay que aplicar para darme a entender y comprender?
¿Cómo manejar la ansiedad para conducir el grupo a la reflexión y al interés por la clase, específicamente en el aspecto teórico.
Molestia en los cambios de los programas y planes de estudio. Más aún, si el modelo educativo cambia, nos molesta entrar a una pedagogía renovadora, porque según Peters estamos iniciados en procesos del pasado en el ámbito educativo.
Muchos de nosotros nos tuvimos que dedicar a la docencia por múltiples motivos, pero yo creo que el principal fue el obtener una fuente económica de ingreso la cual nos permitiera salir adelante con nuestras familias por no existir las oportunidades necesarias para desempeñarnos dentro de nuestras profesiones; pero también creo que una vez que conocimos el ambiente educativo se despertó en nosotros el deseo de seguir. Como dice Paulo Freire: “no se puede enseñar lo que no se sabe, tenemos que aprender nosotros para después ser educadores”.

LOS SABERES DE MIS ESTUDIANTES

1.- Lo que nuestros estudiantes saben hacer en internet
En mi centro de trabajo realice una encuesta exploratoria entre los estudiantes del bachillerato (80 cuestionarios de respuesta cerrada), cuyas preguntas me indicaran el uso de internet bajo dos modalidades: la primera como reservorio (obtener información, música, fotos, video) y la segunda como espacio social (espacio de comunicación y de trabajo).
Las conclusiones fueron: el 80 % de los estudiantes encuestados utiliza el internet como reservorio, principlmente para obtener información para tareas escolares, bajar música y videos.
El resto lo utiliza ademas como espacio social, principalmente a través de “face book” y “Hi 5”, no detecté utilización para el trabajo (crear, producir, colaborar).
De acuerdo a lo anterior, el uso de internet entre los estudiantes de bachillerato, tiene una utilización muy limitada y se sujeta principalmente a “rastrear” temas para las tareas escolares, entretenimiento e intercambio social. No existe un uso productivo.
En lo referente a los trabajos escolares cuyas fuentes son paginas web, la mayoria son utilizados como “copy paste”, sin ninguna discriminación en calidad, tratamiento posterior y mucho menos analisis.
2.- ¿Cuál es la estrategia que construimos con ellos para aprovechar esos saberes en la actividad del aula? Partir de lo sencillo: que sepan discriminar en internet información de calidad por encima de la “basura” (que es mayoría), y que le den un tratamiento posterior a la información recabada. Iniciar con ellos la búsqueda de nuevos horizontes para un uso productivo en internet como espacio de trabajo.
3.- ¿Quiénes van a enseñar a quiénes , qué les enseñaran? Y ¿Dónde lo harán? Trabajaré en un grupo y me apoyaré en aquellos estudiantes que mejor manejan las búsquedas en internet, para enseñarlos a discriminar información y su posterior tratamiento para su presentación como trabajo escolar. Asimismo trabajaré con ellos la posibilidad de generar un blog para iniciar un uso productivo en internet. A su vez, ellos serán multiplicadores del resto.